viernes, 4 de septiembre de 2015

CONDICIONES CLAVE PARA UN APRENDIZAJE DE CALIDAD

  1. Un contexto o escenario que orienta al estudiante hacia un logro relevante para la vida:  El estudiante aprenderá cuando tiene la expectativa de que hacerlo le conducirá a un logro que él o ella valora y al cual le encuentra sentido porque tiene implicancias en el mundo real. Para ello es crucial que el profesor ayude a los estudiantes a visualizar ese logro y su relevancia antes de acometer las actividades para su aprendizaje. En la educación superior, a menudo ese logro es una aplicación profesional, un desempeño que resuelve un problema real con base en el conocimiento. Para los estudiantes tiene sentido y es motivante aprender a hacer las cosas propias de su profesión, aquellas que los incorporan a la comunidad profesional respectiva.
  2. Producción autónoma de “obras” por parte del estudiantes:  El estudiante aprende cuando produce o articula una obra relevante del conocimiento, generada por sí mismo/a bajo condiciones de relativa incertidumbre. El concepto de “obra” del conocimiento nos permite subrayar la idea de realizaciones en que se integran actividad, resultado y sentido. 
  3. Retroalimentación pertinente:  Se orientan a alcanzar un resultado de conocimiento definido. Su producción autónoma, por balbuceante que sea, es una serie de intentos por funcionar de la manera como se hace en la profesión y de experimentar el uso de conocimiento que ha de desplegar en la vida real. Así, en la medida en que la obra del estudiante está impregnada de su propia autoría, su apuesta compromete mucho más que una simple respuesta, y va poniendo en juego su autoestima, sus expectativas y esperanzas de simular el mundo real con efectividad. 
  4. Reflexión y pensamiento crítico: La reflexión y el pensamiento crítico son procesos intelectuales en los que el estudiante se sitúa en el nivel de un observador de su propio desempeño y de su pensar, lo examina, explora las variaciones posibles, detecta limitaciones, clarifica sus fundamentos y su orientación; en fin, lo controla. La reflexión es algo así como la “cumbre” del proceso de aprendizaje. Como ya señalara James Dewey, “no aprendemos de la experiencia; aprendemos reflexionando sobre ella”. 

  •       Si esos cuatro elementos concurren y son congruentes, es más probable que haya aprendizaje de calidad. Para alcanzar el resultado esperado, quizá el estudiante tendrá que hacer más de un intento en su producción; tal vez al principio será sólo un balbuceo, luego algo más articulado para finalmente lograr producciones más cercanas al estándar deseado. En cada una de estas iteraciones, requiere que el profesor le ayude a mantener el resultado esperado a la vista, que lo acompañe en su proceso productivo y le proporcione la retroalimentación necesaria. Esta recurrencia adquiere un carácter virtuoso cuando la retroalimentación crecientemente valida las producciones del estudiante.
http://www.uai.cl/images/sitio/investigacion/centros_investigacion/innovacion_aprendizaje/articulos/Vidal,%20W-Condiciones%20Aprendizaje%20de%20Calidad.pdf

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